En INNOVA FÓRUM 2023, el Director del MCA ponderó la educación y la investigación para ver las tendencias y comunicar en un proceso educativo, efectivo y eficiente
De los riesgos más severos para los siguientes diez años, cinco tienen que ver con el medio ambiente, el clima, la biodiversidad, los recursos naturales, el daño ambiental, las enfermedades infecciosas relacionadas con el medio ambiente, además de que se vivirán cuestiones como pérdida de cohesión social y crisis de bienestar.
Así lo declaró el director del Museo de Ciencias Ambientales (MCA), doctor Eduardo Santana Castellón, al impartir la conferencia “Educación y desarrollo sostenible”, que formó parte de las actividades de la segunda edición de INNOVA FÓRUM 2023, encuentro organizado por la Coordinación General Académica e Innovación (CGAI) de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
“Se vive una nueva época desde el punto de vista del medio ambiente y de la educación; lo que implica que se necesita un abordaje intersectorial desde las políticas públicas, e interdisciplinario desde un punto de vista de los programas académicos”, alertó.
Hay tres problemas socioecológicos que deben de abordar la educación, especialmente la pública, como es la pérdida de capital natural, pobreza e inequidad, y cambio climático, dijo.
“Según algunos reportes, hemos rebasado la biocapacidad del planeta para sostenernos. Ahí radica la gran responsabilidad de la educación y la investigación para poder construir una fuente de conocimiento que deje ver las tendencias y comunique en un proceso educativo, efectivo y eficiente”, apuntó.
Otra tendencia es el nivel de la población que tiene más de 80 años, lo que implica que se debe empezar a pensar la educación de una manera diferente, para toda la vida. “¿Cómo hacemos una educación para la sustentabilidad? Es a partir de pensar que lo que estamos enseñando sea pertinente, no importa la disciplina, porque el elemento de sustentabilidad debe encontrarse en la educación”, indicó.
Destacó que la UdeG, desde que se creó en su nueva etapa en 1925, siempre ha tenido una conciencia social, con líderes que se han preocupado por el medio ambiente y su importancia para la población, y gracias a ello el Lago de Chapala no se secó, se decretó área natural protegida el Bosque de La Primavera y se plantearon proyectos en la barranca de Río Santiago, entre otras acciones.
“Un ejemplo son las Juntas intermunicipales de medio ambiente, que nacen de un proyecto universitario, de un esquema nuevo de gobernanza ambiental que no había en el país y se pudo hacer gracias a un cambio en la Constitución”, precisó Santana Castellón.
Destacó la importancia del MCA, que provocará vivencias positivas sobre lo vivo y el futuro para comprender la ciudad e inspirar a la conservación de la naturaleza.
La conferencia, que tuvo como sede el Conjunto Santander de Artes Escénicas (CSAE), fue moderada por la rectora del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur), maestra Ana María de la O Castellanos, quien destacó la responsabilidad de los maestros de comunicar y transformar ambientes de aprendizaje fuera del aula, acciones que representan un cambio en la vida de las personas.
Buscan lograr una educación más humanizada
El titular de la CGAI, doctor Carlos Iván Moreno Arellano, expresó que el balance de esta edición del encuentro, que hoy culmina con las actividades presenciales y mañana continuará de forma virtual, ha sido muy positivo.
“Con respecto a la edición anterior, en la que tuvimos poco más de mil participantes, este año estamos llegando casi a cuatro mil. Lo importante es que se están discutiendo muchos temas relacionados no sólo con la tecnología y sus avances, sino con las dinámicas pedagógicas de aprendizaje, de involucramiento estudiantil en un mundo hipertecnologizado para lograr involucrar de mejor manera a los estudiantes, a fin de lograr una educación más humanizada”, subrayó.
Entre las actividades destacó el panel sobre felicidad y bienestar, donde se analizó el papel de las universidades para desarrollar personas emocionalmente equilibradas, sanas, ya que no se puede hablar de aprendizaje, ciudadanía y responsabilidad social si no promueven un equilibrio.
“Que los estudiantes se aproximen al ideal de la felicidad y el bienestar no desde el punto de vista de la superación personal, sino desde el punto de vista científico; los estudiantes aprenden más y mejor con un balance emocional”, concluyó Moreno Arellano.