Realizan en el SEMS la mesa de diálogo “Barbie: ¿ser o no ser lo que se quiera ser? Diálogo desde miradas diversas”
La película Barbie (2023) dejó ir la oportunidad de profundizar en las problemáticas que engendran del patriarcado y no sólo quedarse en una versión comercial del feminismo; en esto coincidieron especialistas durante la mesa de diálogo “Barbie: ¿ser o no ser lo que se quiera ser? Diálogo desde miradas diversas”, que tuvo lugar en el auditorio del edificio Valentín Gómez Farías, sede del Sistema de Educación Media Superior (SEMS), de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
Los participantes de la mesa, moderada por la maestra Violeta Sandoval, visitadora y representante de la Defensoría de los Derechos Universitarios (DDU) de esta Casa de Estudios, ofrecieron sus puntos de vista no sólo como espectadores, sino desde el enfoque de disciplinas como la sociología, la antropología y el periodismo con perspectiva de género.
La doctora Celia Magaña, socióloga investigadora del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), dijo que esta película es una buena invitación para debatir acerca de lo que significa ser mujer desde otro lugar y otras miradas.
Añadió que, aunque la cinta, dirigida por Greta Gerwig, es una estrategia comercial, también es cierto que habla mucho del momento que está pasando la sociedad, puesto que hace al menos una década posicionar el tema del feminismo y el patriarcado en una película hollywoodense o de Blockbuster hubiera sido imposible, o al menos muy difícil.
Celia Niño, periodista y editora de género en Canal 44 y Radio UDG, afirmó que la producción de la película desaprovechó “una gran oportunidad de entrarle más de lleno al feminismo y el patriarcado”, pues aunque aborda aspectos básicos de esta corriente de pensamiento, lo hace desde una postura comercial, blanca y colonialista, que no problematiza las diversas realidades de violencia y disparidad que siguen atravesando a las mujeres y que son temas urgentes de hablar.
Destacó que la cinta deja en claro la idea de que el patriarcado es el problema y el verdadero villano no únicamente de la película, sino de la realidad de todas y todos. La trama abona a que las personas entiendan que el patriarcado es la maquinaria que genera todos los sistemas opresores no sólo de mujeres y niñas, sino también de otras personas vulnerables.
Niño cuestionó si el dar espacio a una película de estas características, pero con un guion que se posiciona desde el feminismo blanco, no es una “trampa para hacernos creer que el mundo entero entendió lo que es el feminismo” y dejar de lado las otras violencias, desdibujar la causa y borrar las interseccionalidades del feminismo en las zonas rurales, con mujeres indígenas o afrodescendientes.
El antropólogo Carlos Macías, investigador del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá), coincidió en que Barbie “se queda corta” al abordar el patriarcado, en algunos momentos lo trivializa y deja de lado otras aristas de la violencia de género como el colonialismo, la condición de clase, las diversidades sexuales o el color de piel.
La cinta responde a una lógica comercial y desde ahí se entiende que la historia caricaturice al patriarcado y lo pinte como una mera subordinación de la mujer al hombre y nada más, sin ahondar en las distintas formas de violencia.
El doctor Alfredo Rico, sociólogo adscrito al Centro Universitario de Tlajomulco (CUTlajomulco), destacó que la película es una forma satírica para mostrar un mundo al revés del que vivimos, en el que se pretende que las mujeres sean como un accesorio que se integra a un mundo dominado por los hombres.
Buena parte del guion es “una trampa” y destacó la manera en que los empresarios de Mattel son postrados como ingenuos y tontos cuando la creación de la muñeca responde a la lógica del consumo. Para revivir el diálogo, visite: https://shorturl.at/fjrwE.