A decir de académicos de la UdeG, los casos aumentaron tras la pandemia y las cifras que hay hasta el momento no dejan de ser preocupantes
Este 12 de junio se conmemoró el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, y en México no se ha hecho una actualización de los datos que informen del panorama actual en el rubro, pues datan de 2019. Esto, ante un posible escenario de aumento de niños y niñas que son explotados laboralmente, sobre todo tras la pandemia.
“Ha habido una tendencia internacional a reducir el trabajo infantil, pero la pandemia logró incrementarlos”, declaró el jefe del Departamento de Desarrollo Social, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la Universidad de Guadalajara (UdeG), doctor Ricardo Fletes Corona.
Según la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2019, en México había 28.5 millones de menores de 5 a 17 años, de los cuales 2.2 millones trabajaba.
A decir de Fletes Corona, esos datos contrastan con los arrojados por la investigación de la doctora Carmen Gabriela Ruiz Serrano, académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que da cuenta de que en 2019 había 3.3 millones de menores de edad en el país que estaban involucrados en actividades laborales; sin embargo, para 2022 aumentó a 3 millones 850 mil.
“Es decir, un aumento de 500 mil niños, niñas y adolescentes que deberían estar estudiando, divirtiéndose y desarrollándose. Son cifras que no deberían existir”, explicó.
En tanto, para Jalisco, la ENTI contabilizó a un millón 833 mil 546 personas entre los 5 a 17 años, de las cuales 181 mil 902 tenían alguna ocupación laboral, lo que coloca a la entidad en el octavo lugar nacional.
Fletes Corona reiteró que ese dato pudo crecer tras la pandemia, sobre todo por el fenómeno de la migración en Jalisco, que también favorece que las familias pobres se vean obligadas a que los miembros más pequeños se les mande a trabajar.
Recordó que en las regiones de Jalisco el sector de la agricultura suele dar trabajos precarizados a menores de edad; también en construcciones, como albañiles, en las minerías o en maquilas, y hasta en trabajos en la calle como taquerías, donde los niños y las niñas se ven obligados a trabajar a altas horas de la noche.
“El trabajo infantil es una de las peores pandemias con arraigo histórico en el país”, recalcó Fletes Corona.
La doctora María Antonieta Chávez Gutiérrez, docente del CUCSH, hizo hincapié en que es injustificable cualquier tipo de trabajo para niñas y niños, y que en muchas ocasiones sus padres se excusan diciendo que es para forjarlos o prepararlos para el futuro.
Mencionó que los trabajos más extremos y peligrosos son aquellos donde el pequeño está expuesto a condiciones del medio ambiente, actividades que impliquen fuerza física, pero también las que tienen que ver con reclutamiento, trata y más.
“Es realmente una explotación y sometimiento, pues están expuestos a una serie de condiciones perversas que tienen que ver con la explotación laboral, y en algunos casos forzados como el sexual, la pornografía y situaciones que atentan contra las condiciones vulnerables que vive la infancia”, sostuvo.
“En la pandemia vimos que muchas personas perdieron su empleo y hubo una desestabilización económica, por lo que muchos menores tuvieron que salir adelante cuando sus padres perdieron el empleo”, dijo la académica, quien aseguró que hay un alza de casos y lamentó que no haya una instancia que esté al pendiente de los mismos.
Recordaron que el trabajo infantil vulnera el desarrollo físico e intelectual, que además puede desarrollar enfermedades o ser víctimas de abusos por parte de adultos; pero además priva a los niños y las niñas de recrearse y aprender en la escuela.