Este sábado los servicios de Nos late servir llegaron a El Santuario, donde autoridades de Guadalajara intentaron detener las actividades culturales que se desarrollaban, y que forman parte de las acciones de protesta por los recortes presupuestales a la Universidad
Después de doce fines de semana, las Brigadas Universitarias “Nos Late Servir” concluyeron sus actividades este año con más de 22 mil intervenciones de salud en distintos puntos de la metrópoli.
Nallely Robles Ortiz, jefa de la Unidad de Servicio Social de la Universidad de Guadalajara (UdeG), explicó que desde septiembre estas brigadas han llevado asesorías médicas, odontológicas, nutricionales y psicológica a diferentes lugares de la ciudad y son la forma de protestar ante la negativa del gobierno del Estado de brindar un presupuesto justo a la educación.
Además, en estas jornadas también se llevan a cabo servicios de vacunación, asesoría contable y jurídica, así como actividades recreativas y culturales, todo como resultado de la participación de alumnos de escuelas de la UdeG.
Tan sólo de septiembre hasta el 10 de diciembre, las brigadas universitarias “Nos Late Servir”, llegaron a preparatorias de esta Casa de Estudio como las escuelas Vocacional o la Politécnica Guadalajara, pero también se ha brindado atención a la población de colonias de Tonalá o El Salto.
“Hemos visitado diferentes Prepas UDG y las hemos convertido en centros comunitarios para que la gente sepa que la Universidad está ofreciendo estos servicios de una manera gratuita”, manifestó Robles Ortiz durante la última brigada de 2022 que se realizó a las afueras del templo de El Santuario de Guadalupe, en Guadalajara.
En estas jornadas se han brindado aproximadamente 20 mil 489 intervenciones de salud a través de 7 mil 629 servicios de enfermería, mil 445 consultas odontológicas y 166 nutricionales, 559 pruebas rápidas de sífilis o VIH, además de 3 mil 350 aplicaciones de vacunas, entre otros servicios.
Carlos Mora Mora, encargado del Área de Salud de las Brigadas “Nos Late Servir”, mencionó que este tipo de actividades ofrecen una oportunidad para que los jóvenes universitarios lleven sus conocimientos a la población y de esta manera las comunidades se beneficien con el acceso a estos servicios de salud.
“Creo que es una estrategia muy buena porque en México el acceso a la salud es limitado, los servicios pueden estar saturados, e implementar estas brigadas es una buena estrategia para llevar asesorías de salud que a veces impactan en el bolsillo de las personas”, manifestó.
Limitan autoridades el acceso a la cultura
A pesar de que se trataba de una manifestación cultural en un espacio público afuera de El Santuario, personal de la Dirección de Inspección y Vigilancia del Ayuntamiento de Guadalajara intentó detener las actividades del programa “Arte por la autonomía”, bajo el argumento de que no había permiso para llevar a cabo la protesta.
Desde temprano, afuera de El Santuario se instalaron toldos, bocinas y pequeño escenario para las representaciones dancísticas y teatrales que forman parte del programa “Arte por la Autonomía”, que se realizan desde septiembre a la par de las Brigadas Universitarias "Nos Late Servir", que forman parte de las actividades de protesta por los recortes presupuestales del gobierno estatal, a la Universidad de Guadalajara.
Nallely Robles Ortiz, de la Unidad de Servicio Social de la UdeG, resaltó que manifestarse en la vía pública es un derecho constitucional de cualquier persona, por lo no es necesario contar con permisos de las autoridades, además de que esta protesta se centraba únicamente en ofrecer actividades culturales a los transeúntes sin obstruir el acceso al Templo de El Santuario.
"No nos dan permiso, no quieren que estemos en las calles dando estos servicios gratuitos que ayudan a la gente o que traigamos cultura, y lo que nos queda es hacerlo en la calle y manifestarnos de manera pacífica como ciudadanos, estudiantes y trabajadores de la Universidad", mencionó.
Aunque las actividades culturales estaban programadas para concluir a las 14:00 horas, el equipo de brigadistas decidió detener las obras teatrales ante la amenaza de los inspectores de confiscar el equipamiento con el que se llevaba a cabo la manifestación cultural.