La actividad forma parte de la conmemoración de Guadalajara, capital mundial del libro
Un Florentino Ariza de cabellos de estambre, sonrisa diáfana reflejada en los ojos, manos entrelazadas por los nervios, pantalones roídos y camisa a cuadros, dejó de lado la estricta narrativa que lo circunscribía a la historia de El amor en los tiempos del cólera (1985), para romper la cuarta pared y ofrecer capullos de rosas armados con papel, a las damas dispuestas como público en la residencia para ancianos Ave Fénix.
El sitio es una casona con una puerta alta de madera, un zaguán y una reja que en algunos tiempos debió de haber sido el atractivo de herrería que permitía la vista hacia el patio del fondo, donde en su centro, descansa una fuente que ha dejado de llorar agua.
Por los corredores, en derredor del patio, once columnas níveas sostienen la bóveda que en sus techos luce decoraciones de una guía de parra que se entreteje formando rectángulos y cuadrados. De las paredes penden dibujos, pinturas e impresiones, que colorean el ambiente, entre puerta y puerta, de los cuartos donde descansan los residentes.
“¡Válgame Dios, qué tristeza!” exclama una mujer a la que la narradora le ha robado la atención con el relato del colombiano Gabriel García Márquez, que otros siete adolescentes personifican usando la fuente que yace al centro del patio como escenario principal.
La narradora tiene la elocuencia de un presentador circense. Es una verdadera maestra de ceremonias que suelta dilemas de vida en busca del juicio de la experiencia con el tema del amor como interés colectivo. Las palabras que suelta navegan en armonía con el calor de la tarde y llegan a arrancar sonrisas, ligeros aplausos y hasta algunas exhalaciones de sorpresa como simples “ohhh” o “ahhhh”.
Es una chica de gafas con contornos de alambre dorado y cristales cortados de tal manera que forman un polígono irregular. Alguien le dijo que ella contaría la historia y tomó suyo el cargo de ser omnisciente: todo lo sabe, todo lo ve, todo lo entiende, todo lo descifra. La mirada de la narradora que sigue la lectura se clava en las cuartillas dobladas que trae en las manos, y con breves descansos, luego echa miradas de acogida hacia los viejos dispuestos que comen el yogurt que les han llevado las enfermeras.
Una hermosa dama octogenaria con una coronilla de piedras como diadema y una blusa esmeralda, aplaude con un ritmo propio, cadente y retórico. La narradora les pregunta como si los guiara a una respuesta automática: “verdad que Florentino es muy feo”; a lo que el unísono replica: “¡sí! Y muy feo”. “Porque el amor a primera vista existe” declara la narradora; “¡Claro que existe!”, replica otra dama.
Así es como suceden las lecturas que ha emprendido el Sistema de Educación Media Superior (SEMS) de la Universidad de Guadalajara (UdeG) con el programa A que te cuento un cuento, que forma parte de la cartelera de actividades que celebran el nombramiento de Guadalajara, capital mundial del libro 2022, hecho por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Alumnas y alumnos de la Preparatoria 18 visitaron este jueves 2 de junio la casa de descanso Ave Fénix residencial para hacer una interpretación de la novela El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez. El objetivo de esta iniciativa es que se lleve la literatura a grupos vulnerables, tanto a casas hogar, como a asilos de ancianos. También se les obsequian libros y se intercambian historias: desde marzo, las Prepas UDG han emprendido esta labor con acciones de humanismo, promoción lectora y responsabilidad social.