El profesor-investigador de la UdeG dictó, frente a Casa Jalisco, la novena master class sobre la situación de la seguridad en Jalisco y la inacción del gobierno estatal
El alza en los delitos de alto impacto y la alta percepción en inseguridad revelan el abandono de la política de seguridad pública estatal en la administración del gobernador Enrique Alfaro.
Afuera de Casa Jalisco, el doctor Marcos Pablo Moloeznik Grüer, investigador del Departamento de Estudios Políticos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) y asesor de la licenciatura en Construcción de la Paz y Seguridad del CUTlajomulco, dictó la conferencia: “Balance de la seguridad pública en el Estado de Jalisco”.
Sobre la avenida Manuel Acuña, frente a Casa Jalisco, 257 miembros de la comunidad universitaria, entre estudiantes y profesores del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI) y personal administrativo de la Rectoría General, asistieron a la cátedra de Moloeznik Grüer que desglosó la crisis de seguridad en Jalisco.
El investigador habló de un escenario crítico de la seguridad en la entidad. “El Estado ha renunciado a la función básica indelegable que es la seguridad pública”, adelantó.
Subrayó que la esta materia es la razón de ser del Estado; la protección de la vida, de sus bienes, el orden público y de la paz. Pero en Jalisco la teoría contradice los hechos, pues la entidad tiene una tasa de 29 homicidios por cada 100 mil habitantes, lo que supera la recomendación de la Organización Mundial de la Salud de 10 homicidios por cada 100 mil: superar la cifra sugiere una violencia endémica, dijo.
“La situación se podría calificar como catastrófica, un escenario signado por la violencia endémica”, abundó.
En el periodo de 2015 a 2021 se duplicó la incidencia de feminicidios: de 30 casos a 70 cada año, lo que ubica a Jalisco en el segundo lugar nacional en el rubro.
Otro indicador son las desapariciones forzadas, donde nuestra entidad ocupa el primer lugar en el país. “Del total de desaparecidos, poco más de 18 % en el país pertenecen a Jalisco, así como de cuerpos exhumados en fosas clandestinas”, detalló.
El escenario de criminalidad se enmarca con el dominio de grupos de la delincuencia organizada en distintas regiones. “El crimen organizado crece y toma espacios públicos: de acuerdo con el Comando Norte de Estados Unidos, el Estado se encuentra bajo el control del Cártel Jalisco y otros actores no estatales; espacios donde no ejerce su soberanía ni control”, explicó Moloeznik Grüer.
De acuerdo con el ponente, la seguridad es subjetiva, medida a través de la percepción de inseguridad, tampoco evidencia buenos resultados.
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (Envipe) del Inegi, señala que siete de cada diez jaliscienses se sienten inseguros. Además, nueve de cada diez no denuncian los delitos por considerarlo una pérdida de tiempo, o por miedo a las autoridades, lo que ahonda la percepción de inseguridad.
“Lo que podemos ver en Jalisco es que hay un desinterés y una falta de voluntad política por resolver el problema más acuciante de la sociedad, la inseguridad pública”, concluyó.
A la master class acudió el secretario general del Sindicato de Trabajadores Académicos de la UdeG (STAUdeG), licenciado Jesús Palafox Yáñez, quien lamentó el discurso triunfalista del gobernador respecto a la inseguridad y la falta de compromiso presupuestal con esta Casa de Estudio.
Enfatizó sobre el abandono presupuestal del gobierno estatal, que dota 21 mil pesos anuales por estudiante, mientras que en la administración de Aristóteles Sandoval Díaz se recibían 28 mil pesos por cada estudiante.
La nueva presidenta de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), Zoé García Romero, refrendó la presencia de la organización en las calles para frenar la imposición y exigir al gobernador el cumplimiento de los compromisos con las mujeres y la educación.
“Habrá más movilizaciones para exigir respeto por las causas públicas y aspirar a una sociedad que se merece Jalisco”, declaró.
La master class es parte integral de la estrategia “Luchamos pensando y trabajando”, una nueva etapa de manifestaciones de la UdeG en defensa de la autonomía y el presupuesto universitario.