En el marco de la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar, el astrofísico mexicano vinculó la vida de las estrellas con la humana a través de la formación del hidrógeno, oxígeno y oro
El hidrógeno, el oxígeno y el oro forman parte de la historia atómica del universo; son elementos que se conectan con las estrellas y la vida en la Tierra. Estos tres elementos configuran el árbol genealógico del universo, explican de dónde venimos y cómo fuimos creados atómicamente.
Así lo explicó Enrico Ramírez Ruiz, astrofísico mexicano dedicado a la investigación sobre el origen de los elementos químicos, en específico del oro, en la conferencia magistral “Sobre el bestiario galáctico y el origen de los elementos”, como parte de las actividades de la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar, en el Paraninfo Enrique Díaz de León.
“Si los átomos pudieran hablar nos contarían su historia cosmológica”, y contó la historia del hidrógeno, el oxígeno y el oro.
El también profesor en el Departamento de Astronomía y Astrofísica, y titular de la Cátedra Presidencial Vera Rubin de Astronomía y Astrofísica en la Universidad de California, Santa Cruz (UCSC), comenzó por el hidrógeno.
“Se remite a los orígenes del universo; es el átomo más viejo, quizá el más sabio, el que lo ha visto todo. Se formó después de la gran explosión, en los primeros tres minutos del origen del universo”, explicó.
“Si pudieran platicar con el átomo de hidrógeno, les diría que se formó en el Big Bang, que lo ha visto absolutamente todo y que el contenido de metales del universo era bastante bajo y que fue incrementando”, precisó Ramírez Ruiz.
Otro elemento que surgió al paso de millones de años fue el oxígeno, uno de los elementos más valiosos por su importancia con la vida en la Tierra.
“No se formó en la gran explosión, sino que se formó en estrellas, en estrellas diez veces más masivas que el Sol”, relató.
Detalló que, entre más masiva sea la estrella, más rápido quema sus elementos desde el hidrógeno hasta el hierro, pasando por el oxígeno, que perdura desde hace millones de años. Esto ocurre con el reciclado de oxígeno al reutilizar átomos de oxígeno que, como ahora son de nosotros, lo fueron de millones de humanos.
"Uno puede escoger a su personaje favorito, porque tenemos sus átomos, como Frida Kahlo o el mismo Julio Cortázar; aunque hay personas en las que podemos enfocarnos en sus átomos, pero podemos ignorarlos", bromeó ante un público que le regresó risas.
Durante siglos, los alquimistas de la Edad Media, aquellos personajes que intentaron transformar los metales en oro, buscaron la fórmula sin éxito. En nuestra época, el astrofísico Ramírez Ruiz por fin encontró la receta.
“Se necesitan dos estrellas de neutrones que vivan en pares, que tengan coalescencia o la propiedad de unirse y calentarse. Los alquimistas no tenían manera de generar estas condiciones”, dijo el astrofísico.
En 2017, junto con un equipo de científicos del Observatorio de Ondas Gravitatorias por Interferometría Láser (LIGO, por sus siglas en inglés), detectaron la fusión de dos estrellas en la galaxia y estimaron la cantidad de oro que se formaría, lo que le valió el reconocimiento más importante de ese año por la revista Science magazine.
“Descubrimos que se formó una masa de oro semejante a la de Júpiter y realmente concluimos que estos objetos sí son las bases productoras de elementos pesados en el universo”, añadió.
Explicó que, como las estrellas, el cuerpo humano tiene diez a la décimo octava potencia de átomos de oro en el cuerpo. “Está claro que tenemos la autoridad moral de hablarles de tú a las estrellas porque estamos hechos de lo mismo”, afirmó.
“Y, lo que es más interesante –abundó–, tenemos más átomos que estrellas en el universo y que granos de arena en el mar”.
Coincidió con el pensamiento del astrobiólogo Carl Sagan, respecto a que “la belleza de un ser vivo no está en los átomos que lo conforman, sino en la manera en la que sus átomos se combinan”.